Curi

En el año 2007, Twitter en Venezuela era el equivalente a una pequeña aldea, donde sólo algunos felices habitantes tenían su conuquito virtual, tratando de deducir este nuevo mundo en el que nos movíamos. Hubo una que lo tomó de frente, y convirtió su parcela en una hacienda, a punto de mucho trabajo. Se llamó a sí misma Curiosa precisamente porque la curiosidad fue la que la llevó a investigar cuanto pudiera de este incipiente mundo de blogs, Twitter y eso que llamaban «la web 2.0».

Pero para un grupo de afortunados, Curiosa era Curi. Hasta la llegamos a llamar por su nombre verdadero, pero sólo en persona, porque se cuidaba muchísimo de tenerlo en Internet (y aquí no va a aparecer tampoco). Nos dimos el lujo hasta de llamarla amiga, en mi caso, así sea por breves momentos. Demasiado breves. Porque Curi era de esas personas que te hacen sentir afortunado a los cinco minutos de hablar con ella, porque era inteligente, divertidísima y super articulada.

Creo que mi fortuna fue completa pues la conocí en la premiere de Caracas de una peliculita llamada Avatar, o sea que hablamos de hace ya más de diez años. Estaba con mi hermano, mi compadre y una pareja de ese mundo bloguero de entonces, cuando llega esta belleza de mujer como del tamaño de un llavero, y ni recuerdo ahora qué me dijo, sólo recuerdo que nos reímos y nos abrazamos, finalmente conociéndonos luego de dos años tuiteando el uno al otro. Un incidente con un tequeño y ella y más risas. Un día que recuerdo con mucho cariño.

Curi me apoyó mucho en mi camino en las redes sociales. Me reclamaba mucho cuando yo cometía un error. Pero también me confió sus desamores y yo los míos. Todos la vimos rescatar a un cristofué y encariñarse con él, esperando con la misma cantidad de terror y alegría el momento en que lo iba a dejar libre. Y en especial fue de las primeras que destacó el caso de agricultor Franklin Brito, un caso que llevó con la pasión única que la caracterizaba. Porque así como era generosa para compartir su conocimiento era generosa para dar un hombro, y super cuidadosa en quién confiaba. Así supe de «su grandote», así supo ella de mi divorcio.

Pero si algo te tenía Curi, era que no daba a medias tintas. Te equivocabas con ella, te quedabas equivocado. En 2011 –o quizá después, no lo sé– algo le dije o lo dije mal. No se indignó, se arrechó, y me bloqueó, y hasta ahí hablamos. Nunca pude saber qué fue lo que la molestó tanto, y ahora nunca lo voy a saber.

En la mañana del domingo, Curi montaba su bicicleta por una avenida en Caracas. Había una alcantarilla sin hueco, y por esquivar el hueco, algún conductor la atropelló y, a pesar de tener un centro de salud cercano, no se detuvo a ayudarla y se dio a la fuga. Alguien la encontró inconsciente y muy mal herida y Protección Civil la asistió y la llevó a la clínica. Pero los daños fueron demasiado graves, y hoy en la madrugada se nos fue.

Por supuesto pienso en sus padres, de quienes ella estaba tan pendiente, a quienes cuidaba muchísimo. Pero también pienso en cómo su partida –me da tanto dolor llamarla muerte– refleja tanto de lo que está mal en mi país: pobres infraestructuras, ningún mantenimiento a las vias, y una falta de solidaridad aún con un herido de muerte. Temor a la justicia, temor a la falta de atención médica, tenor, temor, temor.

Y claro, lamento que te nos hayas ido, Curi. Lamento que nunca hubiéramos hecho las paces. Lamento no saber qué pude hacer para reconectar, aún sabiendo dónde encontrarte. Si acaso, me ayudas ahora a decidirme a nunca dejar pasar de nuevo la oportunidad de decirle a la gente que considero especial que en efecto es eso, especial para mí.

Entonces aquí te dejo este sencillo homenaje, algo que escribo de corazón, para dejar claro que eras para muchos un ser especial, ya sea sólo por lo que compartías en redes o por lo que compartías con los que tuvimos la bendición de conocerte en persona. Espero que nos sigas viendo desde arriba, que tus padres estén bien, que todos los que nos conocíamos desde esos inicios aprendamos de ti que la vida es una sola, que la vivamos como la viviste tú, al pleno y de lleno, que aprecies cada cosa buena que te pase.

Descansa en paz, Curi. Espero tener la suerte de verte otra vez. A ver si me formas mi peo por lo que dije y nos abrazamos otra vez.

Un comentario en “Curi

  1. Qué lindo el recorrido que haces en esa historia que fantásticamente identificas como #Curi. Sin duda esa palabra le sienta muy bien Generosa, rima perfectamente con #Curiosa.

    Una persona súper especial con mucho recelo de su vida personal, pero con un abanico inmenso de oportunidades para brindar y compartir su conocimiento sin mezquindades, este episodio deja un «antes» y un «después» muy particular en quienes tuvimos la dicha de toparnos con ella en nuestra vida.

    me quedo con su sonrisa, con su mirada tremenda y con sus bien apuntados y filosos comentarios, acompañados de finos argumentos.

    La veo libre, extraña tal vez, no esperaba este giro de la carrera de su vida, pero se queda en la vida de todos los que la conocimos, en su mejor rol : ser simplemente ella.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.