Cuando tienes un perro, en especial cuando tienes un cachorrito nuevo después de sientes que el mundo debe girar en torno a él. Y eso es un peligro, primero porque te puedes olvidar que tienes que tratarlo como a un perro, no como un niño (aunque que nadie lo dude, ese es nuestro bebé). Segundo, hay otros miembros de la familia que también requieren de nuestra atención, y se sentirán despreciados si no. En mi caso, Sky, mi agapornis, ya siente que ha sido relegada a un segundo lugar, y eso es algo que ningún pajarito merece. Hoy se lo compensaremos.
Pero más importante aún, tenemos una nena que hay que enseñarle la responsabilidad de tener un perrito en casa, la necesidad de darle una rutina y obedecer las reglas que sean necesarias para su mejor comportamiento. Yo cometí muchos errores con Baloo que le costaron un par de zapatos nuevos a su nueva mamá. No pretendo hacer lo mismo con Leia y el compromiso es aún mayor considerando que es parte de una familia, no solamente conmigo. Doy gracias a Dios que no estoy solo en esto.
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